DIY, makers, Fablabs: En búsqueda de autonomía

Ursula Gastfall & Thomas Fourmond

El maker 1 es una especie de manitas del siglo XXI. Hace un uso extenso de la red Internet como lugar de difusión de los conocimientos, lugar de colaboraciones y de comunicaciones. Tiene acceso a herramientas complejas de bajo coste antes reservadas a las empresas de tecnología punta. La creatividad, el bricolaje, la fabricación de objetos por uno mismo (DIY – Do It Yourself), y la experimentación, son para él unos medios para actuar sobre el mundo y sobre su vida. Reivindica el derecho de entender y tomar parte técnicamente en las cosas que usa de forma cotidiana como condición a su libertad. Actúa particularmente en lugares llamados "Fablab" - laboratorio de fabricación- que le procuran todos los medios para desplegarse: medios de producción, de documentación, de colaboración o de encuentros. Los makers también se juntan en otros lugares: los "Techshops", los "hackerspaces", los "hacklabs". Estos se diferencian principalmente por la acentuación o la defensa de uno u otro de los rasgos de la cultura hacker, uno de los orígenes de su práctica. En nuestra sociedad técnica, el maker hace figura de héroe moderno. Por su facilidad a concebir el mundo técnico que le rodea y la potencia de actuación que le brinda, provoca admiración. Alentador y benévolo a primera vista, el eslogan de Dale Dougherty, fundador de la revista Make: "We are all makers" - todos somos fabricantes - a partir de allí recuerda la necesidad de entender y desarrollar sus capacidades para involucrarse técnicamente con los objetos que le rodean a cualquier persona que desee adquirir cierta autonomía. No obstante, este replanteamiento de la legitimidad y de los roles de los intermediarios cristaliza deseos muchas veces antagonistas. Principalmente cuando se examina con mayor precisión la cuestión de los recursos cognitivos, sociales o físicos que hacen posibles estas prácticas o si se filtran a través de un pensamiento social más circunscrito.

I En los orígenes:

El manitas como precursor todavía en actividad del maker

Los orígenes del maker provienen, en gran parte, de una figura familiar: la del manitas. Se trata de este amateur, que somos o que frecuentamos, un vecino, un amigo, dotado de una habilidad técnica y de una gran destreza. Fabrica objetos, monta estructuras, repara elementos de su cotidiano durante su tiempo de ocio. Insaciable y perseverante, siempre se atarea en una nueva obra y pasa su "tiempo libre" mejorando y dando forma a su entorno personal o el de sus allegados. Su motor principal es la pasión. Este manitas siempre en acción, no actúa por obligación, sino por placer. A pesar de sus talentos, el manitas muchas veces goza de menos consideración que su alter ego profesional: el ingeniero, este otro técnico al que imaginamos con más inteligencia, y con más pertinencia en la elaboración de un proyecto. Allí donde el manitas es el agente del hallazgo fortuito: descubre haciendo, hace otra vez e improvisa según el contexto; el ingeniero es el estratega perfecto: planifica, concibe la globalidad de un problema y puede aportar importantes medios técnicos y financieros para resolverlo. Como profesional, obedece a las normas de una industria y las reglas de la competición y de la rentabilidad. Al servicio de una empresa para conquistar el monopolio económico en su campo de producción, aspira inevitablemente a una excelencia técnica. Allí donde el manitas concibe un trabajo para un círculo reducido, el ingeniero trabaja en un proyecto de mayor alcance, que de hecho sobrepasa ampliamente sus propias competencias 2. Además de esta "instrumentalidad", las otras diferencias fundamentales son su temporalidad y su característica no mercante. Inscrito en el ámbito de las actividades de ocio o no-profesionales, el manitas puede actuar más libremente. Sería quizás exagerado hablar de la andanza del manitas, porque conoce muy bien sus objetivos y aspira al buen funcionamiento de un mecanismo, la forma adecuada para un objeto; pero puede, al igual que el artista, y gracias a este "tiempo liberado", invertir su subjetividad en su trabajo. Es decir que se sumerge en su práctica algo que viene de su pensamiento, de sus ritmos, de su afectividad, y produce por esto una disposición singular. Esta realización permite una "vuelta hacia sí mismo" que se materializa en una relación social exterior. El objeto así invertido, lleva el deseo de su autor, desdoblado con características de un contexto y de su materialidad.

Aunque este espacio de libertad sea, a menudo, el lugar de una práctica solitaria, no excluye los intercambios, a través de numerosas revistas, foros o libros técnicos, para compartir métodos y experimentaciones vividas. La revista más conocida en Francia, creada en 1923, sigue siendo "Système D", con el subtítulo: "Le journal hebdomadaire du débrouillard" (El periódico semanal del espabilado) 3.

DIY: una práctica política y un ámbito de contestación, un paso hacia afuera de una sociedad asfixiante.

El movimiento Arts & Crafts, "artes y artesanías", remonta a 1890, periodo fastuoso y hegemónico del imperio británico. Mucho antes que los manitas y los futuros Makers, mucho antes que el nacimiento del término DIY, Arts & Crafts ya contiene en sustancia los principales elementos de esta "cultura" y se inscribe por eso como la génesis de una práctica a la que se puede añadir una dimensión política explícita. Este movimiento manifiesta efectivamente la voluntad de no inscribirse en el desarrollo industrial de esa época gloriosa, y además, intenta organizarse para escapar de él. Ve con malos ojos el rápido desarrollo de las fábricas de carbón que causan la contaminación y la degradación de los paisajes. Pioneros en ecología, en la lucha para el intercambio de conocimientos y en contra de la competencia y de las desigualdades sociales, los artesanos de Arts & Crafts quieren una sociedad de acuerdo con la naturaleza. Es la fuente de inspiración de todas sus realizaciones; sus tapices, muebles, cerámicas, vidriados, están repletos de motivos vegetales. En coherencia con esta armonía primera, se alejan de las ciudades, crean escuelas y preconizan valores de trabajo en que el arte está en el centro de una práctica manual que sigue en contacto permanente con la naturaleza. Limitan sus producciones a objetos cotidianos de calidad, realizados en piezas únicas o en pequeñas cantidades.

De hecho, el pensamiento de uno de sus fundadores, Wiliam Morris, sigue siendo hoy en día una referencia para los partidarios de una economía social y solidaria 4 .

El término DIY se atribuye a Jerry Rubin, cofundador con Abbie Hoffman del Youth International Party 5 (1967-1968), líder de los Yippies americanos, es el autor de uno de los libros manifiesto de este periodo: "Do it!: Scenarios of the Revolution", publicado en 1970. Los yippies son ante todo activistas políticos más radicales y más espectaculares que sus predecesores. Desafían las autoridades americanas y organizan bajo formas inéditas, a menudo sorprendentes y divertidas, numerosas manifestaciones en contra de la guerra de Vietnam, y se oponen al racismo que invade los hechos cotidianos. Pero los guiones de la revolución de los que se hace profeta Jerry Rubin van a desvanecerse rápidamente: "No confíes en nadie mayor de treinta años". Esta frase fetiche se hará premonitoria cuando la contestación radical concluyó para la mayoría de los yippies en una reintegración perfecta dentro del sistema capitalista 6 .

Luego, a mediados de los años 70, los punks, esos famosos "títeres", como se hacían llamar, estigmatizan (particularmente en Nueva York y en Inglaterra) las condiciones de vida alienantes que tienen que ver con la urbanización, el paro, y las costumbres pudibundas de una sociedad oligárquica. ¡Do It Yourself! Se convierte en uno de los eslóganes anti-consumistas de una juventud que alienta a una población petrificada a salir de su letargo. Llama a cada uno a independizarse de un sistema de consumo que fija las reglas de intercambio y ahoga cualquier forma de alternativas. El DIY, para las punks, se expresa ante todo en la música y su oposición a la industria musical.

Los punks rechazan las formas de elitismo, sobre todo la virtuosidad del artista. Son en su mayoría autodidactas, tocan en sótanos y garajes, y ponen en marcha sus propias discográficas. Esta cultura se crea también alrededor de publicaciones auto-producidas: los famosos fanzines punks, abreviación de "fanatics magazines".

Estos, realizados con medios simples y accesibles para todos (fotocopiadora, grapadora, tijeras, pegamento), forman una red social y política más amplia alrededor suyo. Sin estar pendiente de objetivos de número de ventas, son el lugar de una palabra liberada donde se expresa las reivindicaciones, muchas veces libertarias, acompañadas con una estética virulenta, libre en sus formas y en sus formatos, y que refleja una filiación con los situacionistas 7. Se ven atraídos por lo comúnmente rechazado, cultivan un gusto por la provocación y el uso de un humor negro y mordaz, un tono cáustico y sin complejos. Así, como lo resume Sébastien Broca citando a Fabien Hein en su reciente obra "Utopía del software libre": "La vulgata punk consiste en afirmar que actuar está al alcance de todos y que finalmente es responsabilidad de cada uno realizar sus aspiraciones" 8.

La práctica DIY aunque constituya uno de los fundamentos de la cultura Maker, no es suficiente para caracterizar toda su complejidad. Falta un aspecto determinante llevado por la red y las herramientas informáticas.

II Intensificación y análisis de los medios de intercambio: Las vías de Internet para la creación de comunidades ampliadas.

1. Whole Earth Catalog: Una primera red web en papel

The Whole Earth Catalog es una revista norteamericana publicada entre 1968 y 1972 desde la iniciativa de Stewart Brand, escritor y editor 9. Las primeras ediciones de este catálogo serán seguidas por ediciones más ocasionales como la Whole Earth Review y el CoEvolution Quaterly. Una de sus particularidades está en su modo de funcionamiento. Propone una verdadera red de intercambio de informaciones y de conocimientos, y también medios de intercambio multidireccionales, ya que los lectores pueden alimentar y modificar los contenidos.

"Acces to tools" es su subtítulo, puesto como un lema, en la portada de la revista. Estas "herramientas" significan tanto las herramientas físicas como las primeras herramientas informáticas. A esto se añaden los recursos teóricos de una reflexión global, centrada en las herramientas de comunicación y las problemáticas medioambientales a nivel mundial. Así, de manera diferente a un simple catálogo de DIY, apunta cuestiones de orden global, la toma en cuenta del conjunto de los medios necesarios y una crítica en la elección de las herramientas para conseguirlo. Por su difusión, se hizo accesible de manera más universal, más allá de una comunidad determinada. Se extiende de otro lado del Atlántico con ediciones como La revue des ressources en Francia.

Esta forma insólita inicia lo que más tarde será la web con sus blogs, documentaciones y manuales numéricos, apreciados por el software libre. El Whole Earth Catalog representa los principios de las comunidades virtuales que se materializarán más tarde como The Well (The Whole Earth ‘Lectronic Link) 10, la más antigua comunidad virtual aún existente.

2. La realización de la red: la creación de Internet

La red Internet es una disposición de infraestructuras informáticas y de sistemas de comunicación. Su experimentación se inicia a finales de los años 60. Se basa en el despliegue progresivo de terminales integrando las grandes universidades y el ejército en una red bautizada Arpanet 11. De su apertura para un público amplio, a principios de los años 90, surgirá Internet como lo conocemos ahora. Además de poner a disposición documentaciones, el numérico comprime el tiempo y el espacio en los medios de comunicación, por ejemplo permite la aparición de numerosos medios de discusión como los canales IRC que hacen posibles la conversación instantánea. Se dedican a un tema, un grupo o un proyecto y permiten obtener un apoyo inmediato por parte de sus miembros (existe también las mailing-lists, los forums, los e-mails). Estos medios permiten abrir y mezclar más ampliamente las prácticas; su estructura desarrolla sin reposo las ramificaciones infinitas que le convierte en "la red de redes" 12.

3. Una arquitectura y unos principios de funcionamiento inspirados por el software libre

El maker se ve directamente influenciado por los principios del software libre nacido de la cultura hacker y crea su correspendiente material: el Open hardware. Dispone de licencias propias hechas para aplicarse al mundo físico que fabrica el maker. El establecimiento de estas estructuras funcionales y jurídicas en principio deben permitir perpetuar este intercambio y aplicar el aspecto viral de la red y los métodos propios de los programadores del mundo del software libre en los objetos físicos. Esta arquitectura nacida del mundo en línea tiende a recomponer un espacio fuera de la propiedad intelectual y de las cláusulas de confidencialidad impuestas por las patentes.

III Observaciones respecto al DIY y a la práctica maker

1. ¿Los Fablabs, espacios de desarrollo de la autonomía?

La práctica maker es tanto una manera de hacer algo por uno mismo, como hacer algo para uno mismo; es decir, a la vez una demostración de sus capacidades y la expresión de su propia autonomía: doy forma a unos objetos, entonces, actúo sobre el mundo. La autonomía es una forma de libertad en acto que podemos ejercer para elaborar o definir nuestra relación con todo lo que tiene que ver con nuestra existencia y la manera que entendemos llevarla a cabo. No tiene nada que ver con una forma de aislamiento que pondría, en primer lugar, el objetivo de bastarse a sí mismo porque en este caso hablaríamos de autarquía. La autonomía es una práctica de arreglos, de elaboración de su relación con el mundo y con los demás con el objetivo de que coincidan para formar una colectividad. Es un conjunto complejo en el que compartimos las perspectivas y en el que reconocemos la necesidad de ciertas adhesiones y de ciertas obligaciones.

Fablabs significa «fabrication laboratory" o "laboratorio de fabricación". Fue instituido en 2001 por Neil Gershenfeld, profesor en el Center of bits and atoms del Massachusetts Institute of Technology (MIT). Quiere hacer accesible la fabricación numérica de sus máquinas-herramientas a una gran mayoría. Estos "laboratorios" se enmarcan en unas normas comunes que intentan gestionar las modalidades de uso y de acceso a estos lugares colaborativos 13 .

El Fablab es un lugar que otorga a los makers todos los medios para actuar. Están abiertos a todos porque: "todos somos makers" y propone herramientas como:

  • La impresora 3D para imprimir objetos en plástico y en relieve,

  • Máquina de corte dirigida por ordenador,

  • Fresadora numérica

  • Materias primas,

  • Componentes electrónicos, accesorios

Por último: una conexión a Internet y espacios distendidos facilitan la circulación de los conocimientos. Unos protocolos han sido creados para fomentar su difusión libre bajo formas jurídicas y con técnicas que se pueden compartir, difundir y modificar (FLOSS Manuals – Licence Creative Commons – thingiverse.com).

Lugares de este tipo surgen en todas partes del mundo. Los discursos respecto a la autonomía y la calidad de las realizaciones compartidas han atraído rápidamente ambiciones diferentes, a veces incluso antagonistas como los ámbitos de las empresas y los ámbitos de militancia anti-capitalista. Para estos últimos, la cultura maker se convierte en una aportación mayor para realizar su proyecto político 14.

Incluso si para ellos la técnica es un simple medio a diferencia de la cultura maker que hace de ésta un medio... determinante. Parece que los makers tienen un entendimiento más amplio del impacto social de las técnicas. La cultura libre es un muy buen ejemplo de esto. La red Internet es hoy en día, un lugar de experimentación para la libre asociación, la auto-organización, el compartir, la institucionalización de nuevas relaciones sociales autónomas y para volver a pensar de forma radical el derecho de propiedad.

Una aportación que participa en ampliar las perspectivas de lucha y que permite nuevas combinaciones de acción más adaptadas "a las formas y a los contenidos que ya se han desarrollado en la sociedad actual" 15. No obstante, la aportación de esta cultura en la construcción de una sociedad emancipada se deberá probablemente a la manera con la que podrá organizar un prolongamiento de sus prácticas fuera de la informática y de la mediación por software. Lo que no parece ser la vía elegida, ya que al contrario parece participar de una informatización del mundo cada vez más importante.

Desde sus inicios, la cultura maker está muy cerca de la cultura de empresa; de ninguna manera incomodado por las aspiraciones éticas o sociales de los hackers o makers, el mundo de la empresa no le ve ningún inconveniente ya que le propone nuevos mercados. La innovación es el lema simpático dado a todos los makers que lo aceptan para entrar en la competición económica. Respecto a este tema, lo que dice Nadejda Tolokonnikova 16 es esclarecedor: "¡El lado anti-jerárquico del capitalismo tardío no es nada más que una publicidad exitosa! (…) La lógica de normalidad total sigue funcionando en los países que aseguran la base material de todo lo que es creativo, móvil y nuevo en el capitalismo tardío (…) los trabajadores de estas regiones no tienen derecho a ninguna excentricidad".

Nos equivocaríamos al analizar y buscar en el movimiento maker un proyecto político común. Intentándolo, sólo descubriríamos un conjunto de ambiciones contradictorias y confusiones intelectuales de las más sorprendentes. Los makers hablan de reapropiación de los medios de producción, de re-localización de la economía, de trabajo pasión, de ecología, de bussiness, de capitalismo, de anti-capitalismo, etc. Ser maker es ante todo ser un hacedor, un realizador, incluso un fabricante.

Quizás es una de las razones que explica por qué la cultura maker tiene una influencia tan amplia, aunque no es un proyecto de sociedad, sino una relación activa con el mundo que es a la vez individual (DIY) y colectiva (por ejemplo en los Fablabs).

2. ¿El Fablab, espacio para la creación de nuevos mundos?

Ignoramos tanto la complejidad de las mercancías que nos rodean que podemos vernos tentados por llamar DIY toda realización que no iría más allá del ensamblaje de un puzzle o de un mueble Ikea. Así llega el kit, su imitación, su correspondiente mercantil. Más agradable que el simple uso de un bien de consumo, la autonomía se confunde con el ensamblaje o la reparación, esta también reducida a un simple cambio de piezas. El kit, como enduído marketing, vacía así el DIY de su sustancia.

Una vez levantado el fino velo del kit, incluso si se realiza en un Fablab y si sale del "libre", descubrimos simplemente un nuevo tipo de deseo consumista: una personalización egocéntrica aliada con la ingenua y enfática economía del desarrollo sostenible. Así, las herramientas usadas y reivindicadas por los "creativos e innovadores" significan muchas veces exactamente lo contrario para sus productores. Sin ir más lejos como la extracción del mineral necesario para fabricar componentes electrónicos que nos resulta difícil imaginar autogestionada y divertida, podemos descubrir lo que significa la simplicidad para los usuarios: lo complicado para los ingenieros o según Alain Besnier 17: «Hacer las cosas más sencillas para el usuario, es necesariamente tener que hacerlas más difíciles para el ingeniero que las inventa.»

Aunque los makers tengan una consciencia más aguda de la dimensión social de las técnicas comparado con los manitas o los ingenieros, observaremos que en numerosos Fablabs, preferirán la adquisición de una máquina muy precisa, aunque no-libre, ante una versión más limitada técnicamente pero que sería creada en un ámbito de relaciones sociales y medioambientales mejores. Entonces, parece poco probable que los makers puedan producir un verdadero cambio social. Las realizaciones actuales participan mucho más en una reactualización de las relaciones de producción y de consumo capitalistas que en la organización de cualquier superación.

IV Conclusión

«[…] en la realidad y en la práctica, el verdadero mensaje, es el medio en sí mismo, es decir, simplemente, que los efectos de un medio en el individuo o en la sociedad depende del cambio de escala que produce cada nueva tecnología, cada prolongación de nosotros mismos, en nuestra vida.» 18

Si el marketing maker, los periodistas y los conferenciantes no colocaran en él todas nuestras aspiraciones a ver este mundo evolucionar por fin hacia un mundo más justo, lo juzgaríamos con menos severidad. No obstante, nuestro desconocimiento respecto a los verdaderos recursos movilizados para la fabricación de las mercancías que pensamos esencial nos frena para pensar una alternativa al modo de producción capitalista. Muchas cosas que nos parecen naturales se basan en realidad en una sobreexplotación de los recursos.

Nos parece, entonces, que para cumplir con sus promesas, el Fablab debe considerar un análisis más radical de las tecnologías y del capitalismo, y no dejar como base de la autonomía que defiende una dominación camuflada en unos mundos aparentemente invisibles.


Ursula Gastfall, creativa audiovisual, miembro de Usinette.org y del /tmp/lab, un hackerspace situado en ïle de France , organiza conferencias y talleres acerca de la electrónica DIY y la auto-construcción. http://usinette.org.

Thomas Fourmond, miembro del colectivo Usinette y habitante del ecolugar Valle de Humbligny en le Cher.


1 Su nombre proviene de la revista Make totalmente dedicada a la cultura DIY, ver: http://makezine.com

2 Para este tema, la citación de Claude Levi-Stauss de 1962, recuerda y explica esta diferencia: «El manitas es apto para efectuar una gran cantidad de tareas diversificadas; pero, a diferencia del ingeniero, no subordina cada una de ellas en la obtención de materias primas y de herramientas concebidas a medida para su proyecto: su universo instrumental es limitado, y la regla de su juego es de siempre apañarse con los medios disponibles, es decir, un conjunto en cada momento, finito de herramientas y materiales, además heteróclito, porque la composición del conjunto no está en relación con el proyecto del momento, ni con ningún proyecto en particular, sino el resultado contingente de todas las ocasiones que se presentaron para renovar o enriquecer las existencias, o de mantenerlo con el recicle de construcciones y destrucciones anteriores.»

3 http://www.systemed.fr. La primera y loable vocación de la revista Système D cuando se creó era: “enseñar todos los oficios a sus lectores”. Parece que hoy este objetivo se ha modificado bastante. Menos ambicioso y altruista, en este periodo de crisis económica perpetua, sólo ha guardado una ambición comercial que se he desarrollado con fuerza a través de la multiplicación de las tiendas de bricolaje y de otras revistas de decoración, de costura desde los años 70, inscritas en este ámbito, conocido a nivel internacional bajo el término anglosajón: DIY, acrónimo de la expresión: ¡Do it yourself! (¡Hazlo tu mismo!). No obstante, su forma exclamativa desapareció ampliamente de las mentes para hacerse un argumento de marketing, que nutre todas las revistas de decoración para la casa y el jardín. Paradójicamente este acrónimo, sin embargo, fue la expresión de una contestación política y de una voluntad de tomar distancia con una sociedad de consumo asfixiante.

4 http://www.economiesolidaire.com

5 https://en.wikipedia.org/wiki/Youth_International_Party

6 El porvenir de Jerry Rubin parece ejemplar y sintomático de esta mutación del movimiento hippie, porque se convierte en los años 80 en un hombre de negocio exitoso y uno de los primeros inversores de Apple. Entonces comparte sus nuevas convicciones: “la creación de riquezas es la única revolución americana”.

7 https://en.wikipedia.org/wiki/Situationist_International

8 Fabien Hein, Do It Yourself! Autodetermination et culture punk, Congé-sur-Orne, Le passager clandestin, 2012, p. 24

9 Quien será más tarde, consejero en estrategias comerciales para multinacionales como el Global business network.

10 http://www.well.com

11 http://www-sop.inria.fr/acacia/personnel/Fabien.Gandon/lecture/mass1_internet2000/history

12 Ver las conferencias de Benjamin Bayard para comprender con mayor detalle el funcionamiento y lo que está en juego: http://www.fdn.fr/Qu-est-ce-qu-Internet.html

13 http://fab.cba.mit.edu/about/charter

14 A veces la cultura libre https://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_libre se ve citada como la materialización de las herramientas distendidas de Ivan Illich.

15 Ernst Bloch, le principe espérance, tome II, les épures d'un monde meilleur, paris, Gallimard 1982, p. 215-216

16 Activista de Pussy Riot en una correspondencia con Slavoj Slizek.

17 Alain Besnier - L'homme simplifié, Fayard

18 Marshall McLuhan – Pour Comprendre les médias - 1968

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