Hacklabs y Hackerspaces: Talleres de máquinas compartidas

Maxigas

Definiciones

¿Puedes imaginar ingenieros profesionales y aspirantes construyendo su propio Disneylandia? Esto ocurre en la mayoría de las capitales europeas dónde se encuentran Hacklabs1 y Hackerspaces2. Son talleres de máquinas compartidas autogestionados por hackers y para hackers. Son salas o edificios donde la gente a las que les interesan las tecnologías puedan juntarse para socializarse, crear y compartir conocimientos; para desarrollar proyectos individuales o en grupos. Todo ello se complementa con encuentros y quedadas concretas. Así se construye un espacio-tiempo compartido de discurso, donde negociar y difundir significados. Se establece lo que se podría llamar una escena.

Los Hacklabs y los Hackerspaces pertenecen a la taxonomía familiar, compleja y dificultosa de los talleres de máquinas compartidas. Que se hagan llamar, tech shops, espacios de trabajo colectivo, incubators, laboratorios de innovación, medialabs, hubs o fablabs y makerspaces – ordenados aquí según sus grados de cooptación – todos ellos pretenden emular y sacar provecho de la energía tecno-cultural provocada por los hacklabs y los hackerspaces. En los sitios web de dichas organizaciones se encuentran referencias explícitas al concepto de la “comunidad” 3, aunque rápidamente se nota de que carecen de los mismos valores que publicitan. Al fin y al cabo, el capitalismo contemporáneo depende cada vez más de la autenticidad y de lo cool, ambos extraídos del underground 4.

Respecto a las diferencias entre hackers y makers, las líneas no son claras. Algunos miembros del hackerspace dicen que los hackers no sólo construyen sino destruyen, mientras un miembro de un makerspace se quejaba de que “los hackers nunca acaban nada” 5. A la hora de publicitar y vender materiales, existen varias estrategias discursivas para evitar esa palabrota de cuatro letras (“HACK”), para domesticar las implicaciones negativas que pueda tener y aprovecharse de las connotaciones positivas que conlleva. A menudo se presenta el etos hacker como un sistema de valores central que impregnan la escena. Sin embargo, puede ser más útil si no lo entendemos como unas bases morales a priori, sino como una orientación basada en la práctica, que surge de la historia y el contexto social en la que se los hacklabs y los hackerspaces se ven inmersos: como se sitúan en la fábrica social.

El próximo apartado delinea un breve trazado de las trayectorias históricas tanto de los hacklabs como de los hackerspaces, y los puntos de intersección entre ambos. Cabe señalar que las configuraciones actuales presentadas abajo no son las únicas formas posibles de funcionamiento de estos espacios, ni las únicas que han habido. Exploraremos las potencialidades y significados de los actuales hacklabs y hackerspaces, con la finalidad de hacer una valoración de esas tácticas desde un punto de vista político-estratgico en el último apartado.

Trayectoria Histórica

Las historias contadas abajo se limitan a Europa, dado que estoy más familiarizado con este continente.

Hacklabs

Los Hacklabs han existido desde la aparición del ordenador personal 6, pero su “edad de oro” fue la década en torno al milenio (inspirado en gran parte por las conclusiones del Hackmeeting en Milano, en el año 1999) 7. Muchas veces situados en espacios y centros sociales okupados, formaban parte de la caja de herramientas política de la autogestión, codo a codo con prácticas como Food not bombs y los comedores populares, las distris y bibliotecas anarquistas, las tienda gratis y los conciertos punk 8. Por ejemplo, Les Tanneries Centro Social Okupado en Dijon alojó en algún momento todas esas actividades bajo el mismo techo, igual que RampART en Londres 9, Universitat Lliure la Rimaia en Barcelona 10 o Forte Prenestino en Roma 11. La red más amplia se daba en Italia,12 donde florecieron hackabs de mucha influencia como el LOA hacklab en Milán 13, el Forte que ya hemos nombrado, Bugslab 14 en Roma, o el Freaknet 15, conocido como el primero de su índole, en Catania, Sicilia.

Se puede percibir una división en las sensibilidades de los participantes y el tipo de actividades entre los hacklabs del norte de Europa, con más énfasis en la seguridad y las tecnologías anti-censura, y los del sur de Europa más orientados hacia la producción de medias 16. Por ejemplo, sabemos que el Chaos Computer Club (Club del Caos Informático Alemán) hizo publico su hackeo a varios sistemas estatales y empresariales importantes desde 1985 (como las transacciones del banco Bildschirmtext) 17 hasta la actualidad (pasaportes biométricos) 18. La revista holandesa Hack-Tic tuvo que cerrar en 1993 después de publicar vulnerabilidades de seguridad (exploits). A la vez, el hacklab Riereta en Barcelona 19 se hizo famoso por su trabajo innovador en el campo del live streaming, mientras el Dyne “Free Culture Foundry” 20 hacía el trabajo de multimedia processing (en tiempo real) y desarrollaba sistemas operativos multimedia (Dynebolic Live CD) 21. Hoy en día perduran unos ejemplos importantes, en Amsterdam (el LAG) 22 y cerca de Barcelona (el Hackafou) 23. Ambos espacios funcionan dentro de proyectos autónomos más amplios: el LAG en Amsterdam está alojado en el Binnenpret 24, un complejo de edificios para viviendas legalizados (ex-okupa) que también aloja una biblioteca anarquista, una sala de conciertos autogestionada, un restaurante vegano y una productora de discos Revolutions Per Minute. Calafou 25 donde se encuentra el Hackafou se autodefine como una colonia eco-industrial post-capitalista, basado en un modelo cooperativista. Incluye un taller de fabricación de muebles, una granja de aves domésticas, el TransHackFeminist Hardlab Pechblenda 26 y varios otros proyectos colectivos.

Entorno al cambio de milenio, cuando una conexión módem aún se consideraba moderna, a veces sólo era posible conectarse a Internet (o sus precursores como los BBSs o redes como FidoNet) a través del hacklab de tu barrio. Entonces, esos “espacios okupados de trabajo en Internet” – como se llamaban a veces en el norte de Europa – no sólo facilitaban las conexiones virtuales entre personas y máquinas, sino también aportaban a la formación de comunidades encarnadas de contra-informática. Los ordenadores personales (PC) aún eran escasos, y por ello “los miembros del colectivo reciclaban y reconstruían ordenadores de la basura” 27. Ordenadores obsoletos y hardware descartado a menudo terminaban en los hacklabs para ser transformados en recursos útiles — y, si eso no era posible, en obras de arte o declaraciones políticas. Los teléfonos móviles y las soluciones actuales de voice-over-IP como Skype no existían cuando los hackers de Wau Holland 2001, el Patio Maravillas, Madrid y bugslab, Roma construyeron cabinas telefónicas en la calle donde los inmigrantes podían llamar gratis a sus casas. El desarrollo de GNU/Linux aún no había alcanzado la masa crítica, entonces instalar un sistema operativo de código abierto era un arte, o más bien artesanía, y no era el proceso rutinario que puede llegar a ser hoy. El software libre todavía no se había asentado como un sector lucrativo del mercado, sino que tenía las características de un movimiento, y muchos de los desarrolladores se encontraban en los Hacklabs. Estos combinaban tres funciones: la provisión de un espacio social de trabajo para los y las entusiastas de la tecnología clandestina dónde poder aprender y experimentar; el apoyo y la participación en los movimientos sociales; la provisión de un acceso abierto a las tecnologías de información y comunicación para un público más amplio. En el espacio cibernético todavía todo era fluido y había una asombrosa intuición, paradójicamente inspirada por la literatura cyberpunk, de que si los perdedores de la historia eran capaces de aprender lo suficientemente rpido, podrían flanquear al “sistema”. Evidentemente, los hacklabs fueron proyectos políticos que se apropiaron de la tecnología como parte de un contexto más amplio de los movimientos autónomos, y la transformación y autogestión de todas las partes de la vida. Entonces, aquí se interpreta la soberanía tecnológica como la soberanía de los movimientos sociales autónomos, como tecnología fuera del control del estado y del capital.

Los Hackerspaces

Los Hackerspaces nacieron de una corriente transversal, relacionada con el aparición del physical computing 28: la idea que puedas programar, controlar y comunicar con cosas ajenas al ordenador, y la capacidad de hacerlo, dado la disponibilidad general de los microcontroladores, junto con los inicios de las plataformas de software/hardware de código abierto como Arduino, particularmente en el mercado de aficionados. Estos ponían el physical computing al alcance del programador más novato sin tener que especializarse en el control de las máquinas. Esa fue inspiradora en la era posterior al estallido de la burbuja dotcom, con la concentración de los servicios de Internet en las manos de unas pocas multinacionales estadounidenses como Google, Facebook y Amazon convirtiendo el desarrollo web, la interacción, el diseño y la administración de redes en algo ubicuo y absolutamente aburrido.

Las tecnologías subsiguientes – que incluyen las herramientas de fabricación digital (la impresora 3D, el corte con láser, máquinas de control numérico), los quadrirotores (la versión hacker de los drones), los sintetizadores de ADN y las radios definidas por software – fueron construidas a partir del conocimiento extenso y la disponibilidad de los microcontroladores. No es descabellado plantear que cada tantos años los hackerspaces absorben una tecnología mayor del complejo militar-industrial, y crean la versión autogestionada, DIY-punk, que se reintegra en el capitalismo post-industrial.

A diferencia de los hacklabs, los hackerspaces interactúan con el marco institucional moderno a través de entidades legales (asociaciones o fundaciones), y alquilan espacios 29 financiados a través de un modelo de socios como si fuera un club. Su base social parte de los y las profesionales de la tecnología quienes disfrutan de explorar las tecnologías sin ser limitados por el mercado, y cuyos niveles de conocimientos y generosos sueldos les permiten articular la autonomía relativa de su clase social en esas iniciativas colectivas. Esa coyuntura permite que los frikis, anarquistas, artistas del engaño (de los media) desempleados, etc. se acerquen.

Cabe destacar el testimonio de Bifo, cuando comparaba su experiencia en organizar la clase obrera industrial de los años 70 y su activismo contemporáneo organizando artistas precarias 30. La principal diferencia al cual se refiere es la dificultad en encontrar espacio-tiempo compartido donde y cuando se puedan crear experiencias colectivas y formar sujetos.

Los hackerspace responden de forma eficaz a ambas necesidades, ya que combinan un acceso 24 horas, el modelo de membresía y sus propias tecnologías sociales para poder coordinarse.

Desde el punto de vista de la incidencia de la sociedad civil en los hacklabs y los hackerspaces, es crucial entender cómo los procesos productivos se llevan a cabo en esos contextos sociales. Los participantes están motivados por la curiosidad y el deseo de crear. Se apasionan por comprender la tecnología y construir sus propias creaciones a partir de los componentes disponibles, sean protocolos de comunicación, artefactos tecnológicos funcionales o disfuncionales basados en tecno-basura o materia prima como la madera o el acero. Muchas veces todo ello requiere un nivel de ingeniería inversa, es decir, abrir algo, desmontarlo y documentar cómo funciona, para luego remontarlo de otra manera o combinarlo con otros sistemas, cambiando así su funcionalidad. Muchas veces se conoce esa reinvención como hacking.

El jugueteo y el prototipado rápido son dos conceptos más que se utilizan para teorizar sobre la actividad hacker. El primero enfatiza el aspecto exploratorio de las formas de trabajo de los hacker, basadas en el incremento gradual, además de contrastarlas con los proyectos industriales planificados y diseñados, y los ideales del método científico como un proceso vertical partiendo de principios generales y abordando problemas concretos de su implementación tecnológica. El segundo concepto pone en evidencia la dinámica de ese tipo de trabajo, en la que muchas veces el enfoque está en producir resultados interesantes, más que entender claramente todo lo que está pasando, o mantener el control absoluto sobre el entorno de desarrollo. Los que buscan explotar a los hacker, disfrazándolo como colaboración, a menudo se olvidan de eso, conduciendo a frustraciones mutuas. De hecho, llamar algo un “hack” puede significar que está construido de forma muy cruda para servir en una situación concreta, sin mucha consideración previa ni conocimiento – o puede significar todo lo opuesto: que es el trabajo de un genio, resolviendo un problema complejo, y muchas veces general, con una sencillez y robustez asombrosa.

La política de los hackerspaces tiene una ambigüedad parecida: al contrario de los hacklabs, donde la tecnología se ve más o menos subordinada a las perspectivas políticas, en los hackerspaces la política es más bien formada por la tecnología 31. Los participantes de estos últimos suelen tener opiniones y valores fuertes acerca de cuestiones como el libre acceso a la información, la privacidad y la seguridad, o acerca de las medidas (sean legales o tecnológicas) que restringen la experimentación tecnológica, como las patentes o el copyright, ya que estos asuntos les tocan en sus propias condiciones de autoexpresión 32. Al mismo tiempo, las luchas tradicionales alrededor de la redistribución del poder o la riqueza, o en contra de las opresiones estructurales que se imponen sobre la percepción de los cuerpos, el género y la raza, dejan a muchos impertérritos. Aunque tienden a enmarcar sus reivindicaciones en términos universales, o con el lenguaje de la eficacia pura 33, no suelen demostrar solidaridad hacia otros grupos sociales.

En particular, mientras reivindican con energía, a raíz de su ideal universalista, la idea de tecnología controlada por el usuario, lo que encontramos a menudo en la práctica son “tecnologías controladas por el ingeniero”. Puede ser que los hackerspaces carezcan de las motivaciones o las herramientas para construir un sujeto sociológicamente concreto y político más allá de sus propias filas. Afortunadamente, sus intereses más importantes suelen coincidir con los de los grupos sociales más explotados y oprimidos, entonces, sólo se detectan las deficiencias de su perspectiva política en sus puntos ciegos. Un signo que aporta aun más esperanza es que en los últimos años se ha visto una diversificación del público de hackerspaces. Inspirados por los makerspaces, muchos hackerspaces han comenzado a organizar actividades para niños 34, y se han fundado nuevos espacios con un enfoque de género, resultados de una insatisfacción hacia los niveles de inclusividad que se dan en los hackerspaces más convencionales 35.

Potencialidades y limitaciones

Se podría argumentar que los hackerspaces están al margen de las instituciones, ya que no están afiliados al Estado, no tienen la ambición de participar en el mercado para acumular capital – con algunas excepciones – y carecen de las ambiciones que se asocian a la sociedad civil, es decir hablar en nombre de otros actores, movilizando a la población, o aplicando presión a las instituciones del Estado. Por supuesto, en cada país se encuentran posicionamientos diversos: en Alemania, el Chaos Computer Club, que se ve asociado con muchos hackerspaces locales 36 hace asesoramiento al Juzgado Constitucional de Alemania, una posición muy profesional, mientras los hackerspaces en Holanda 37 se mezclan con el paisaje alternativo entre los talleres de artistas y las pequeñas nuevas empresas.

Cabe destacar que la autonomía relativa no sólo se refiere al estar al margen, sino también implica un grado de organización interna. El motor de los hackerspaces es la cultura hacker que existe desde el nacimiento del ordenador personal: algunos alegan que fue la lucha del hacker, bordeando la ilegalidad, que dio luz al ordenador personal 38. Los hackerspaces se llenan de materiales informáticos viejos, hasta el extremo que en el Hack42 39 en Arnhem, Holanda, hay un museo entero de la historia de la informática desde la máquina de escribir y el legendario PDP-11 de los años 70 hasta los modelos de hoy en día.

Finalmente, la autonomía es relativa porque no consigue, ni pretende conseguir, la autosuficiencia o la total independencia del estado, lo que se podría llamar la soberanía. Esto se contrasta claramente con los hacklabs, que suelen funcionar sin persona legal y situarse dentro de alguna especie de zona autónoma. Entonces, mientras los miembros de los hacklab se pueden esconder tras apodos, o seudónimos sin que les cuestionen, los miembros de los hackerspaces, si bien pueden utilizar los motes, pero en la mayoría de los países deben proporcionar su nombre y dirección real para asociarse al espacio.

Entonces, mientras los hacklabs se oponen abiertamente e ideológicamente al Estado de manera anarquista, los hackerspaces cuestionan la legitimidad del Estado de manera más lúdica 40. Ambos pueden trabajar a nivel de la inmanencia, simplemente aplicando el repertorio adecuado de tecnologías existentes a la situación adecuada (creando un sitio web para una buena causa, o dejando sin función a uno que representa una mala causa), desarrollando las herramientas existentes o creando nuevas, como la portabilidad del driver de una impresora 3D desde el sistema operativo Windows al sistema GNU/Linux, o inventando un mando a distancia universal para apagar cualquier televisión con un sólo botón 41.

La perspectiva estratégica

Mientras los hacklabs funcionaron con una misión política clara, a partir de una ideología política más o menos bien articulada, los hackerspaces niegan explícitamente su incidencia política. Ambas estrategias tienen sus potencialidades y inconvenientes. Por un lado, los hacklabs de antaño se implicaron directamente en los conflictos sociales, aportando sus conocimientos tecnológicos a la lucha – sin embargo, permanecieron encerrados en lo que se llama, de forma coloquial, el gueto activista. Mientras aportaban ventajas y acceso a las infraestructuras del movimiento autónomo, que en su momento fueron muy extendidas, su posicionamiento político limitaba seriamente su alcance social y su proliferación. Por otro lado, los hackerspaces tiene la capacidad de movilizar sus propios recursos, basados en la abundancia relativa de sus miembros y los vínculos estrechos que tienen con la industria, y a la vez pueden llegar a un público más amplio y colaborar con formaciones sociales dentro de toda la gama de la sociedad. Sus números están en auge (más de 2000 registrados en hackerspaces.org), superando ampliamente a los hacklabs en su auge. Sin duda, eso se debe en parte a esos factores de afluencia apolítica. Los hackerspaces han hecho un paso más allá de las limitaciones históricas de los hacklabs, pero al hacerlo, han perdido consistencia política.

Sin embargo, siempre cabe cuestionar las declaraciones de neutralidad política. La mayoría de los miembros de los hackerspaces están de acuerdo en decir que “la tecnología no es neutra”, o que es “la continuación de la política por otros medios”. Aunque no harían de ello el blasón de sus banderas, es común en las conversaciones dentro de los hackerspaces de cuestionar la racionalidad tecnológica, al igual que la esencia opresiva de la tecnología. No obstante, el análisis final de la aportación tanto de los hacklabs como de los hackerspaces a la transformación política radical ha sido su trabajo incansable en establecer control sobre las tecnologías, y ampliar la gama de dichas tecnologías, del software al hardware a la biología. Lo que falta, para los hackerspaces, es concienciar sistemáticamente sobre el significado de esas prácticas y sus implicaciones políticas.


Maxigas, ha estudiado literatura, cinematografía y filosofía antes de ser volverse un científico social en el campo de los estudios tecnológicos. Aprende de la vida siendo un alborotador vanguardista, un mediactivista, un sysadmin radical y un conocedor de la cybercultura. Actualmente investiga para su tesis para UOC/ONE3 las arquitecturas relacionados con los hackerspaces, así como también investiga cómo construir un ordenador biológico en el biolab de Calafou. http://research.metatron.ai. Email: maxigas[at]anargeek[dot]net


1 http://web.archive.org/web/20130613010145/http://hacklabs.org/

2 http://hackerspaces.org

3 http://techshops.ws

4 Liu, Alan. 2004. The Laws of Cool. Chicago, IL: University of Chicago Press. Fleming, Peter. 2009. Authenticity and the Cultural Politics of Work: New Forms of Informal Control. Oxford: Oxford University Press.

5 Escuché a Debora Lanzeni decir esto.

6 Halleck, Dee Dee. 1998. “The Grassroots Media of Paper Tiger Television and the Deep Dish Satellite Network.” Crash Media (2).

7 http://www.hackmeeting.org/hackit99

8 Maxigas. 2012. “Hacklabs and Hackerspaces — Tracing Two Genealogies.” Journal of Peer Production 2. http://peerproduction.net/issues/issue-2/peer-reviewed-papers/hacklabs-and-hackerspaces

9 http://therampart.wordpress.com/

10 https://n-1.cc/g/universitat-lliure-larimaia and http://web.archive.org/web/20130313184945/http://unilliurelarimaia.org/

11 http://www.forteprenestino.net/

12 Colección de enlaces Austistici/Inventati: http://www.autistici.org/hacklab/

13 http://www.autistici.org/loa/web/main.html

14 http://www.autistici.org/bugslab/

15 http://www.freaknet.org/

16 Percepción de groente.

17 http://www.textfiles.com/news/boh-20f8.txt

18 http://archive.is/Blfd

19 http://web.archive.org/web/20121016060835/http://www.riereta.org/wp/

20 http://dyne.org/

21 http://www.dynebolic.org/

22 http://laglab.org/

23 https://calafou.org/en/proyectos/hackafou

24 http://binnenpr.home.xs4all.nl/

25 http://calafou.org/

26 http://pechblenda.hotglue.me/

27 Wikipediacontributors. 2014. “Wikipedia, The Free Encyclopedia: ASCII (squat).” http://en.wikipedia.org/w/index.php?title=ASCII(squat)&oldid=540947021

28 Igoe, Tom, and Dan O’Sullivan. 2004. Physical Computing: Sensing and Controlling the Physical World with Computers. London: Premier Press.

29 En Holanda algunos hackerspaces alquilan inmuebles «anti-okupa» a bajo coste y con contratos poco favorables, como parte de un proyecto diseñado para prevenir la ocupación de propiedades abandonadas.

30 Franco Berardi a.k.a. Bifo. 2009. Franco Berardi and Marco Jacquemet and Gianfranco Vitali. New York: Autonomedia.

31 Maxigas. “Hacklabs and Hackerspaces: Framing Technology and Politics.” Presentación a la Conferencia Anual del IAMCR (International Association of Media and Communication Researchers,) en Dublín. http://www.iamcr2013dublin.org/content/hacklabs-and-hackerspaces-framing-technology-and-politics.

32 Kelty, Christopher M. 2008. Two Bits: The Cultural Significance of Free Software. Durham, NC: Duke University Press. http://twobits.net/

33 Söderberg, Johan. 2013. “Determining Social Change: The Role of Technological Determinism in the Collective Action Framing of Hackers.” New Media & Society 15 (8) (January): 1277–1293. http://nms.sagepub.com/content/15/8/1277

34 Becha. 2012. “Hackerspaces Exchange.” https://events.ccc.de/congress/2012/wiki/Hackerspaces_exchange

35 Toupin, Sophie. 2013. “Feminist Hackerspaces as Safer Spaces?” .dpi: Feminist Journal of Art and Digital Culture (27). http://dpi.studioxx.org/en/feminist-hackerspaces-safer-spaces

36 Como el hackerspace c-base en Berlín, el muCCC en Munich, o el CCC Mainz. Ver http://c-base.org/, http://muccc.org/events/ and http://www.cccmz.de/

37 http://hackerspaces.nl/

38 Levy, Steven. 1984. Hackers: Heroes of the Computer Revolution. Anchor Press, Doubleday.

39 https://hack42.org/

40 Algunos ejemplos: el pasaporte hackerspace es un documento donde los visitantes al espacio puedan coleccionar sellos, llamados “visados”. El programa Hackerspaces Global Space Program estrenado en 2011 con el objetivo de cachondeo de “enviar un hacker a la luna dentro de 23 años”. SpaceFED es un sistema federado de autenticación para el acceso a redes (inalámbricas), que traviesa los hackerspaces parecido a eduroam, utilizado en universidades alrededor del mundo.

41 Ver http://learn.adafruit.com/tv-b-gone-kit

results matching ""

    No results matching ""